Hacía tiempo que no tenía esta sensación: las manos temblorosas, un hormigueo insistente en las piernas que me obliga a tumbarme, mi corazón latiendo con fuerza hasta casi doler. Está creciendo. Me levanto, me mojo la cara, me vuelvo a sentar para intentar escribir esta nube de sentimientos. Y todo sin moverme de la casita centenaria. La gente que no lee difícilmente entenderá estas palabras. ¿Puede un simple libro desequilibrar tanto emocionalmente, hasta dejarte sin aliento? Mucho más que eso. Un libro puede hacerte pensar, soñar, crecer, evolucionar drásticamente. Puede llevarte a mil lugares, imaginaria y hasta realmente. «La mujer … Continúa leyendo Leer, sentir, crecer